Shooting Day de película en El Romeral de Antequera

por Laura Gómez

Un día de esos en los que ni sueltas el teléfono ni dejas de mandar emails, me llegó un mensaje por WhatsApp de un número desconocido. Lo atendí al momento. Resultó ser Sandra, de Tul & Tweed, que quería proponerme un shooting day. He de decir que consiguió convencerme con rapidez, su seguridad e ilusión por esta sesión de fotos me cautivó desde el primer momento y nos pusimos manos a la obra. 

En cuanto me facilitó los nombres de los colaboradores recurrí a redes sociales para informarme del trabajo que cada uno realizaba. ¡Me quedé asombrada de la calidad de todos ellos!

Sesión de fotos en El Romeral de Antequera.

Y llegó el día.

El día señalado, mientras finalizaba una visita por la finca que tenía concertada con una pareja, vi cómo el primer coche aparecía. De él salieron Vanesa (Vanesa Molina Make Up) y los modelos Lola (Lola Rivas) y Fran (Fran Araujo), de la manera más inesperada y divertida: Vanesa no tenía más manos con las que acarrear todos los bártulos propios de una maquilladora profesional, mientras Lola bajaba con los rulos puestos y Fran con los zapatos en las manos. Después de presentarnos, les enseñé el interior de la finca y dejé que Vanesa hiciera su trabajo con ambos para salir a saludar a María (María López Fotografía) y a Álvaro (A2C Producciones), que acababan de llegar y ya estaban descargando el material. Aprovechando la coyuntura, apareció Sandra con los vestidos de novia de Florencio Pérez y los trajes del novio de Mann Ceremonia & Sastrería

Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.
Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.

Parecía que poco a poco, el shooting se ponía en funcionamiento. Por su parte, Rocío y Fran, del catering La Manzana de Adán, ya habían vestido y organizado una mesa maravillosa mientras empezaban a salir flores de una furgoneta, de la mano de Machuno (Machuno Arte Floral). Fue ese el momento en que apareció mi hermano para sustituirme momentáneamente mientras yo me escabullía unos minutos para comer algo. Cuando volví, lo tenían casi todo a punto. Hasta la novia hizo acto de presencia de la mano de Juan (J Ortiz Alta Bisutería) con un precioso tocado. Después de tantos días parecía que lo habíamos logrado. Ya solo faltaba lo más importante: hacerlo realidad. 

Lola y Fran, los modelos, salieron de la casa radiantes, en dirección a la primera parada, nuestra Capilla, para recrear la salida de la ceremonia a través del objetivo de la cámara. Todos contribuimos con ideas para los encuadres y la iluminación con tal de obtener las mejores y más originales fotografías y escenas posibles. ¡Qué bien lo pasamos!

Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.
Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.

Continuamos por el jardín

La segunda parada nos hizo adentrarnos en el jardín para poder aún explotar la luz natural que dibujó el lienzo perfecto en el que Lola y Fran protagonizaron las fotografías más románticas de todo el reportaje. Tras ello, era el momento del primer cambio de vestuario, maquillaje y peinado. ¡Rápido! ¡No podíamos desaprovechar el poco sol que quedaba! De hecho, Álvaro empleó aquellos minutos para sacar su dron y así obtener unos fascinantes planos aéreos. 

Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.
Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.

En cuanto los modelos volvieron, comenzamos a sacar más fotografías y escenas de vídeo en la zona del jardín más próxima a la fachada principal; justo donde Fran y Rocío, del catering, habían preparado la preciosa mesa que habían rematado las flores de Machuno. ¡Cuánta categoría en una simple mesa! ¡Era capaz de imaginar cómo podrían quedar todas nuestras bodas! Sin duda, organizar este shooting day había sido todo un acierto.

Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.
Sesión de fotos en El Romeral de Antequera.
Foto del primer Shooting Day en El Romeral de Antequera.

Poco a poco, el sol iba desapareciendo, así que decidimos acudir al emplazamiento más romántico de toda la finca: el Mirador del Lago, el lugar más mágico de todo el jardín. Allí finalizamos el shooting exterior, con unas idílicas imágenes.

Con la caída del sol, nos trasladamos al interior de la casa. Pero antes, en la fachada principal, Machuno ya tenía decorado el portón de la entrada, lo que facilitó alguna que otra fotografía de más, a pesar de la escasa luz. Ya en el interior, entre que Lola iba a por el tercer vestido y Juan completaba su último look, María y Álvaro instalaron los focos en el Salón, Fran trasladaba la mesa y Machuno colocaba los centros florales. Aquella sería nuestra última parada: una particular boda en miniatura bajo techo. 

Sesión de fotos en El Romeral de Antequera.

Tras finalizar, mientras todos hacíamos lo propio para recoger, yo sólo podía sonreír y cruzar miradas cómplices con mi hermano. Nos había encantado la experiencia. Nos sentíamos tremendamente satisfechos, incluso antes de ser testigos del resultado definitivo días después; pero la profesionalidad, la calidad, las maneras, el entendimiento y la simpatía de todos y cada uno con los que habíamos colaborado en este shooting day nos hacían apostar por que así sería. ¡Estamos deseando repetir! ¡Gracias a todos!

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